Hace tiempo que los bancos y las cajas de ahorros comenzaron a hacer eco de las actividades agrícolas. Apuntaban a sus actividades, asumían la financiación del sector agropecuario y contribuían a su desarrollo. Sin embargo, parece que, pese a la relevancia de estas acciones, ya no son suficientes. Las necesidades del sector han crecido, los procesos se han transformado, y a los bancos solo les queda escuchar lo que el sector de la agricultura quiere decirles.
¿Quieren saber de qué les estamos hablando? Presten atención.
El primer capítulo fue la financiación
No sabemos si por la llegada revolucionaria de las tecnologías, no sabemos si por puro anhelo de crecimiento, o si por la reestructuración del sector financiero en España, pero las empresas, en general, y las entidades bancarias, en particular, están viviendo las exigencias de sus clientes. Exigencias cada vez más complejas y más vinculadas al nuevo mundo tecnológico.
Todo comenzó con un constante estado de incertidumbre. Era la protagonista de cualquier proceso que tratábamos de llevar a cabo, y, como era de esperar, en un contexto social complicado como el que nos tocó vivir hace algunos años, salpicaba a todos los sectores productivos.
Los bancos atisbaban desde la orilla las dificultades de un sector tradicional y decisivo para salir a flote, de manera que decidieron convertirse en su mejor salvavidas. La financiación era más necesaria que nunca, y los recursos necesarios para adquirir nueva maquinaria, también. El sector agrícola se ha enfrentado, así, a dos importantes hándicaps a la hora de utilizar nuevas herramientas: el poder adquisitivo y la renovación.
Prueba de este proceso pueden ser las palabas de Paco Olmos, un agricultor de 45 años que, en una entrevista publicada por El País, decía lo siguiente: “Los préstamos que se suelen pedir son para máquinas o para un nuevo sistema de riego”. Del mismo modo, apunta que “antes, si pedías 100.000 euros, te daban 200.000, ahora, las cosas son más difíciles”.
En definitiva, los bancos y las cajas de ahorros tienen un interés especial por el sector agrario, lo que les convierte en testigos de su crecimiento diario.
Un segundo capítulo pone puntos suspensivos al sector agrícola
¿Saben cuáles son las necesidades actuales del sector agrícola?, ¿son conscientes de cómo se han transformado?, ¿hacia dónde apuntan los bancos?, ¿las están cubriendo?, ¿cómo están haciendo frente?
Estas son algunas de las preguntas que muchos profesionales agrícolas se hacen día a día. En su constante búsqueda de respuestas, se han topado con el lado más actualizado del sector: la Agricultura 4.0. Los bancos parecen haber encontrado un importante nicho de negocio en este sentido, aunque, por el momento, solo algunos han sido capaces de coger la oportunidad con sus manos.
La agricultura inteligente ha llamado a la puerta del sector agrícola para traer consigo nuevas formas de aumentar la productividad, ahorrar costes, llevar las fincas al próximo nivel, etc. Sus profesionales sueñan con la implantación de una plataforma nutrida por datos recogidos de diferentes herramientas, pero muy pocos son conscientes de que los bancos y las cajas de ahorros pueden ocupar un lugar fundamental en este logro.
Para que nos entiendan, Banco Santander, por ejemplo, cuenta con la App Agro, que proporciona el acceso a noticias del sector agrario y a precios de lonjas y mercados.
¿Ya han implantado alguna de estas herramientas?
Objetivos compartidos: buscando la rentabilidad de las explotaciones
La confluencia de los sectores financiero y agrícola ha traído consigo la unión de sus objetivos. Alcanzar la mayor rentabilidad de las explotaciones agrícolas, así como implantar plataformas de datos nutridas por diferentes herramientas, son dos de sus mayores aspiraciones compartidas. La diferencia se encuentra en el frente desde el que apuntan a estos objetivos: los bancos, por un lado, tratan de adquirir estas herramientas para ofrecerlas, a su vez, al sector agrícola; la agricultura, por otro lado, quiere aumentar su productividad y, para ello, apuesta por las nuevas herramientas tecnológicas.
Pronto les contaremos el tercer capítulo. Puede que ustedes tengan lo que el sector agrícola está buscando.