La necesidad crea el ingenio. El ingenio da lugar a la creatividad. Y la creatividad crea la actividad. Si aplicamos este pensamiento a los avances en la agricultura, podemos afirmar algo así como: la necesidad de aumentar la productividad ha creado el ingenio e imaginación para desarrollar herramientas que contribuyen a poner en marcha el rendimiento de las actividades agrícolas. Así es como han ido surgiendo todos los avances tecnológicos del sector, dando lugar a una agricultura inteligente. En este post nos dirigimos hacia allí.
El foco de atención en la agricultura inteligente
Cuando hablamos de agricultura inteligente, nos referimos a “una respuesta integral de dos desafíos conjuntos: el hambre y el cambio climático”. Se trata de un enfoque de la agricultura totalmente distinto al que hemos venido conociendo tradicionalmente, pues conlleva la aplicación de diferentes técnicas para promover las acciones necesarias en la transformación de los sistemas y garantizar la seguridad alimentaria y el desarrollo agrícola sostenible.
La necesidad del sector por aumentar la rentabilidad y disminuir los esfuerzos ha puesto el foco en la agricultura inteligente. En este contexto, entran en juego el big data y la precisión, capaces de llevarnos a tomar decisiones más informadas y concretas, así como monitorear las variaciones en el rendimiento de nuestros cultivos. En definitiva, se trata de entender que la esencia de la agricultura inteligente se encuentra en la utilización de las tecnologías de la información.
Una agricultura que no para de crecer
¿Hacia dónde avanza la agricultura? ¿Quién ha pensado alguna vez que la agricultura podía desaparecer? Lo único que ha cambiado ha sido la forma de trabajar en el sector. Prueba de ello es la estimación que hace la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de cara al año 2050, donde alrededor de 9.500 millones de personas habitaremos el mundo. ¿Cómo podrá abastecer la agricultura a tal cantidad de personas? En su respuesta, volvemos a entrar en contacto con la palabra que daba inicio a este artículo: la necesidad.
Será esta circunstancia quien siga desarrollando nuevas técnicas para aumentar la capacidad, el rendimiento y la productividad de la agricultura, como ya ha venido haciendo en los últimos años. Lo veíamos en 2016, cuando la industria mundial de la agricultura inteligente crecía casi en un 6%. De esta forma, podemos afirmar que el crecimiento de la población y el avance en las herramientas agrícolas son dos fenómenos estrechamente relacionados.
¿Quiénes componen la agricultura inteligente actual?
Para empezar, diremos que todos aquellos profesionales y expertos en el sector agrícola que trabajan para abastecer las necesidades de la población. En segundo lugar, seguiremos por mencionar al factor humano que contribuye al desarrollo y la oferta de servicios inteligentes, tales como sensores, drones, mapeado de suelos y satélites. De eso se trata la agricultura, de un factor humano al que cada vez ganan más terreno las máquinas.
Los procesos de la agricultura inteligente no son más que un intercambio de vidas tan asimétricas como complementarias. Vida humana y vida tecnológica, permítanme la metáfora. Un canje de rutinas que no para de crecer. Perder ciertas costumbres para ganar otras. Salirse de los límites de uno mismo para volverse a meter después más renovado, más consciente y más productivo.
Las aplicaciones móviles ya son un componente más de la agricultura inteligente, especialmente para quienes sueñan con modernizar sus explotaciones, supervisar sus fincas desde el móvil y gestionar sus cultivos de forma automatizada. En este sentido, la tecnología está haciendo de los sueños una realidad al alcance de los profesionales agrícolas. Aplicar estrategias específicas y precisas ya es posible. Reducir la contaminación por fertilizantes, también.
Los sensores también forman parte del componente de la agricultura inteligente, pues son los protagonistas de herramientas como los sesnores, drones, satélites y mapeado de suelos. Permiten captar la información del entorno, tal como la temperatura, la humedad, la radiación y la pluviometría, y transferirla a un equipo remoto. Desde luego, junto a la telemática y el análisis de los datos obtenidos, se trata de una de las herramientas más avanzadas en la agricultura.
¡Ojalá pronto puedan transformarse en lo que serán después!
La agricultura inteligente vuela cada vez más alto
La vigilancia de las fincas y la generación de datos están dejando de ser una preocupación gracias al uso de los drones, pues sus ventajas han propiciado la precisión de los datos sobre las explotaciones agrícolas y, como consecuencia, la toma de decisiones específicas. En una época en la que la tecnología está alcanzando su máxima democratización, cada vez son más los agricultores, técnicos y responsables de compras de explotaciones agrícolas que optan por invertir en estos recursos y procedimientos.
Los drones están ofreciendo múltiples ventajas al sector agrícola, y es que están haciendo posible la agricultura de precisión y el ahorro de costes. Gracias a ellos, es posible conocer de forma rápida y eficaz las zonas de cultivo en las que se necesita actuar. ¿Su objetivo? Alcanzar el nivel más alto de eficiencia en el uso de los recursos naturales, la máxima rentabilidad y la disminución del esfuerzo humano.
Y ustedes, ¿a qué altura están dispuestos a volar?
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