La agricultura como industria ha experimentado numerosos cambios que, en mayor o en menor medida, se han visto reflejados en el sector. Comenzamos con la Agricultura 1.0 y su consecuente mecanización. Llegó la Agricultura 2.0 para hacernos eléctricos. Nuestra ambición nos llevó a toparnos, más tarde, con la robótica y la automatización, propios de la Agricultura 3.0. Y cuando parecía que todo estaba hecho, cuando creíamos que no se podía llegar más allá, surgen nuevas necesidades que propician un nuevo paradigma en el sector.
¡Avanzar es el reflejo del crecimiento!
5 retos de los profesionales de la agricultura
A medida que los avances tecnológicos, así como la digitalización de las actividades de negocio, van incorporándose en el nuevo mundo, los datos van tomando cada vez más importancia. Estamos viviendo avances sin precedentes que transforman nuestro universo. Por eso, los datos brindan autonomía a las personas que los tienen bajo su poder. En la actualidad tienen una importancia sobresaliente en todos los ámbitos. También en la agricultura. Por eso, este sector ha tomado conciencia y está trabajando para desarrollar tecnología capaz de aportar datos útiles referentes a suelos, químicos, pesticidas, componentes orgánicos, etc., que permitan trabajar con mayor precisión. De esta forma, hablamos de 5 retos actuales en la agricultura:
- Desarrollar el trabajo tradicional adoptando una visión más tecnológica. Las nuevas herramientas permiten automatizar los procesos y brindan oportunidades de negocio, por lo que aprovecharlas y adaptarse a ellas es un desafío al que se enfrentan los profesionales que trabajan para el sector agrícola.
- Adquirir los conocimientos/habilidades necesarias y referentes a las nuevas herramientas tecnológicas incorporadas en el sector. Para comprender sus capacidades, así como la ayuda que nos pueden brindar, los profesionales agrícolas deben tener un conocimiento amplio y actualizado sobre las mismas.
- Mejorar la toma de decisiones. En este punto, la tecnología cumple un papel esencial, y es que, gracias a la precisión que aporta, la gestión de los activos rústicos puede hacerse de una forma eficaz y capacitada para ahorrar costes. Veamos un ejemplo: gracias a los datos que aporta el dron, se puede focalizar el uso de fertilizantes exclusivamente en las zonas más afectadas y ahorrar costes de fumigación.
- Trabajar con una plataforma big data. Los satélites, los drones, el mapeado de suelos, los sensores de tierra y planta, etc., son herramientas que, combinándolas e interpretándolas de forma adecuada, permiten predecir y actuar de una manera mucho más precisa.
- Ser más eficientes. Los agricultores, así como otros profesionales agrícolas, desean ver buenos resultados y conseguir precios magníficos. La tecnología ha sido capaz de conseguirlo, y es que el uso de abonos y fertilizantes precisos han permitido acabar con las plagas, entre otras cosas.
¿De dónde surgen los retos de la nueva agricultura?
Los retos surgen de una necesidad. De las exigencias de ser más eficientes, más productivos, más exitosos y de generar cultivos de mayor calidad. Como hemos visto, al margen de la demanda global de alimentos, existen retos que van mucho más allá. Tanto es así, que la mayoría de ellos se encuentran estrechamente relacionados con la tecnología.
Quienes están trabajando para superarlos ya lo saben. Quienes trabajan con cultivos, o en grandes corporaciones agrícolas, ya sea como productor, agrónomo, ingeniero, director o responsable de compras, se lo imaginan. Los retos no son solo retos, sino una llamada a la necesidad de desarrollar soluciones. La aparición de la nueva tecnología no puede pasar desapercibida en este aspecto, pues juega un papel decisivo para lograr un mayor rendimiento.
Evolución de la cultura de la mano de las tecnologías. Hacia la Agricultura 4.0
Desde que comenzó a gestarse, la agricultura ha sido considerada una actividad tradicional ligada al mundo rural, y eso es algo que no ha cambiado. Pero existe una razón fundamental por la que ha permanecido a lo largo de los años, una razón por la que hoy en día, muchos profesionales en desarrollo tecnológico trabajan. Hablamos de la subsistencia.
Hasta hace pocos años, la agricultura se ha caracterizado por la carencia de tecnificación y tecnología, dos factores que se traducían en escasa productividad. Hemos pasado de la hoz y la azada al arado y los sistemas de riego, pero esto no termina aquí. Las herramientas siguen mejorando para lograr el fin último de todo profesional agrícola: producir más y reducir el esfuerzo físico y los costes.
La interconexión entre máquinas y sistemas ha permitido grandes mejoras en la optimización de los recursos y ha dado lugar a la novedosa Agricultura de Precisión. Nos encontramos inmersos en la era de la información, en todos los sentidos. Información y datos, pues constituyen el eje conductor de cualquier proceso. Los sensores actuales logran identificar, almacenar, analizar y procesar datos para convertirlos en información, y después en acción.
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